El cuidado de nuestros mayores es un valor esencial para nuestra sociedad, tanto por la reciprocidad que supone el devolverles ahora cuando lo necesitan toda la dedicación y atención que nos prestaron cuando éramos niños, como por toda la sabiduría y experiencia acumulada en sus vivencias, que sin duda podremos aplicar para la mejor solución de los problemas y retos que se nos vayan a presentar en el futuro.
El aumento de la esperanza de vida del que gozamos en la actualidad, por desgracia no siempre puede ir acompañada de una conservación neuronal y cognitiva, dándose cada vez mas situaciones de familiares que se ven imposibilitados de gobernar por si mismos, tanto su patrimonio, como incluso sus decisiones cotidianas mas básicas.