Nuestra política es que el coste de un buen abogado no puede ser nunca impedimento para que cualquiera tenga derecho a una buena defensa.
En este sentido, ofrecemos al cliente diversas posibilidades para acordar, desde el inicio cual va a ser el coste de su defensa o asesoramiento.Abogado y cliente acuerdan la forma de concretar ese coste, y también la forma de pago que permita afrontarlo sin problemas.
Y, siempre tomamos como referencia de partida, los honorarios orientativos recomendados por el Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, que adaptamos a cada caso concreto y necesidades particulares del cliente.